Dia mundial de los oceanos

El 8 de junio es el Día Mundial del Océano. La temática de este año corre bajo el título “El océano: vida y medio de subsistencia”.

Debemos ser conscientes de que el océano nos suministra al menos la mitad del oxígeno que se produce en el mundo, acoge al 90 por ciento de la biodiversidad del planeta y cubre un 70 por ciento de su extensión. Además, tienen influencia sobre los fenómenos meteorológicos y en el clima y acogen en sus aguas especies impresionantes que encuentran allí su casa. El océano nos aporta una gran cantidad de beneficios y nos ayuda a sustentarnos, y por eso, ahora más que nunca, debemos protegerlo.

LOS OCÉANOS

Más de la mitad de las aguas de los océanos y de los mares se encuentran exentas de regulaciones o leyes, son aguas internacionales, por lo que la gestión de la biodiversidad que las habita o de la situación en la que se encuentre el océano no es prioridad ni “problema” de nadie. 

La crisis medioambiental afecta de manera estrepitosa a las aguas de los océanos, poniendo en riesgo crítico a la biodiversidad que las habita. Cada vez resulta más complicado enfrentarse a la amenaza climática causada por la contaminación y la sobreproducción, y, por ende, las consecuencias generadas son cada vez, más graves. Casi el 100% de las poblaciones de peces grandes están prácticamente destruidas, y la mitad de los arrecifes de coral ya ha desaparecido. 

El calentamiento global ya supera en un 1 por ciento el nivel preindustrial, lo que se traduce en océanos más cálidos y ácidos, y menos aptos para ser habitados. Datos revelan que el océano absorbe prácticamente todo el calor del ecosistema climático. A esto se le suma que la descongelación de los bloques de hielo de los glaciares favorece que el nivel del mar suba, lo cual también tendrá efectos negativos sobre las especies que los habitan y sobre los humanos, ya que las catástrofes naturales son, y será, cada vez más comunes y afectarán a ciudades que se encuentren a pocos metros sobre el nivel del mar y a pequeñas islas. 

Por otra parte, el aumento del turismo también es un factor que altera la situación de las aguas del océano, que acoge al 80% del turismo mundial. El comercio marítimo también influye en mares y océanos, ya que miles de barcos navegan por aguas saladas diariamente transportando mercancías. La estela de contaminación puede verse desde el espacio. Las consecuencias del transporte marítimo de mercancías son la contaminación del agua y la biodiversidad y la contaminación acústica.

Otro gran enemigo del mar es el plástico, una sustancia que no se descompone, no se elimina, y si no se recicla, acaba en el mar. No existe hoy en día un océano sin plástico, desde la superficie hasta el fondo marino, pasando por los estómagos de las especies que los habitan. 

LA BALLENA AZUL

Este gran mamífero, catalogado como el animal más grande del planeta, que habita en todos los océanos del mundo y que se comunica con sonidos indescifrables para el oído del ser humano, se encuentra en grave peligro pese a llevar décadas bajo protección.

Hay numerosas causas que explican este estado de vulnerabilidad; encontramos, por una parte, son las capturas que se dan de manera accidental cuando las ballenas caen en las redes pesqueras de los barcos sin ser el objetivo principal de los pescadores. La ballena franca del Atlántico Norte y la ballena jorobada del Mar de Arabia son las principales afectadas, no obstante, son muchas las especies que se ven envueltas en capturas accidentales, como los delfines o las marsopas. 

Por otra parte, el cambio climático también es un factor que justifica la amenaza a la supervivencia de las ballenas. El aumento de la temperatura del agua, y la descongelación de los glaciares y del hielo del mar afectan gravemente a las ballenas que habitan en regiones del ártico y del antártico, pues están “equipadas” con una capa de grasa que les protege del frío; pero si no hace frío, pasan demasiado calor. Por otro lado, los deshechos de las industrias petroleras, textiles, de los puertos marítimos o los vertederos también afectan gravemente a la vida de los cetáceos, que ven reducido u contaminado su hábitat natural, y sufren daños físicos como pérdida de la audición. Además, las partículas de los productos químicos que se quedan en el ambiente y son desplazadas por las corrientes de aire, se estabilizan cuando alcanzan la zona del Ártico. Las bajas temperaturas y la inexistencia de actividad bacteriana impiden que estos contaminantes de desintegren y se van acumulando progresiva e incesantemente en los tejidos de las ballenas.

Las ballenas son, además, empleadas en algunos países para comercializar carne y aceite. Esta práctica nació hace dos siglos, y aunque desde 1986 la caza y uso comercial de las ballenas está prohibida por ley, en lugares como Noruega, Islandia o Japón, se sigue haciendo, y lo hacen bajo el cuestionable argumento de que se realiza con motivo de investigaciones científicas.

TIBURONES 

Los tiburones son los líderes de la cadena alimentaria juegan un papel fundamental en la conservación de los océanos. Pues bien, también son una de las grandes especies oceánicas que se encuentran en un estado crítico. Estudios revelan que la población de tiburones se ha reducido más del 70 por ciento durante los últimos 50 años. Según el investigador de la Universidad de Exeter, Richard Sherley, por cada 10 tiburones que habitaban los océanos en 1970, hoy hay tres. 

La causa principal ha sido el exceso de pesca; de los tiburones se extrae su carne, sus aletas y aceite de su hígado. Además, son objetivo de la pesca recreativa y también víctimas de las redes masivas de pesca. La pesca en el océano a aumentado 18 veces la presión sobre estas especies desde 1970.

Las especies de tiburón más vulnerables son el tiburón martillo, el de punta blanca y el tiburón martillo gigante. Además, estas poblaciones cuentan con porcentaje más bajo en cuanto a leyes y regulaciones de protección de especies marinas. 

FOCAS

Este animal eternamente perseguido por los cazadores de pieles ahora lo están por el cambio climático. La mortalidad de las focas ha aumentado en gran medida a causa del calentamiento global, revelando los últimos datos que, en Canadá, durante el 2020, ocho de cada diez focas recién nacidas fallecían a causa de las altas temperaturas registradas. Las crías de foca crecen en las placas de hielo, pero el océano atlántico ha disminuido su cantidad de hielo en un 20 por ciento. Cada año se autoriza la caza de 300 mil bebés- foca para vender su piel, lo cual también dificulta su procreación y su supervivencia.

Cuidar el océano y su biodiversidad es de vital importancia para que podamos seguir emocionándonos al ver una ballena saliendo a la superficie o la piel blanca de una foca sumergiéndose en el agua. Si no hay tiburones, ¿qué inspirará al próximo Steven Spielberg a crear una obra maestra? 

Existen soluciones para todos los problemas, y trabajando unidos sabremos superar todas las trabas que encontremos en el camino. 

¡Feliz Día del Océano!