Por qué los deportes extremos son tan adictivos

 

¿Por qué los deportes extremos son tan adictivos?

La rutina y la vida en la ciudad limitan un poco la probabilidad de experimentar emociones muy fuertes. Normalmente nuestro cerebro busca vías de escape para alcanzar una sensación de bienestar y relajación general, pero muchas veces, por las circunstancias que sean, no llegamos a la conclusión de que practicar deporte puede ser exactamente lo que necesita nuestro cuerpo, y mucho menos nos paramos a pensar en practicar un deporte extremo.

En el post de hoy vamos a romper algunos de los mitos generados sobre el deporte extremo y os vamos a mostrar la casi interminable lista de beneficios que aporta exponer el cuerpo al poder de la adrenalina. 

¿QUÉ TIENEN LOS DEPORTES EXTREMOS QUE NOS GUSTA TANTO?

Los deportes extremos ya no son una cosa de “locos de la adrenalina” o de deportistas adictos a poner su vida en riesgo. Se han convertido en prácticas con una gran popularidad en la sociedad, que han llegado incluso a superar en número de practicantes a los deportes tradicionales. El factor de riesgo siempre los acompaña, pero con la evolución y masificación de la práctica de estos deportes, se han implementado innumerables medidas de seguridad que favorecen que se corra un peligro real algo más relativo que el que se experimentaba hace unos años.

Hoy en día, las personas que realizan deportes extremos no se consideran irresponsables, sino todo lo contrario. El nuevo deportista extremo es una persona que busca conectar con la naturaleza en su máximo nivel, que es plenamente consciente de si mismo, conoce sus límites y sus necesidades, y ama el deporte que practica, no lo hace única y exclusivamente por la adrenalina que genera su cuerpo.

Por que los deportes extremos son tan adictivos

Los deportes de riesgo son, efectivamente, muy adictivos, y hay leyes científicas que lo manifiestan y lo corroboran:

Adrenalina: cuando se practica paracaidismo, se hace un descenso en piragua o se salta desde un puente, nuestras vías respiratorias se dilatan y circula más sangre oxigenada hacia las arterias. Se segrega una hormona llamada adrenalina, y está demostrado que los seres humanos la necesitamos y disfrutamos con ella. Es la que nos indica que hay que huir del peligro. Nos ayuda a avanzar más rápidos, a sentirnos más fuertes y tolerantes al dolor. 

Endorfina: Por otra parte, los deportes extremos liberan en nuestro cuerpo una hormona llamada endorfina, comúnmente nos referimos a ella como la hormona de la felicidad. Es el bienestar que se siente tras liberar la adrenalina. Cuando liberamos endorfinas nos encontramos en un ambiente de relajación y felicidad, no hay tensión ni agobio. 

Aunque existe un alto porcentaje de adhesión a estas prácticas, nuestro cerebro se acostumbra a esta sensación y comienza a normalizarla, por eso la mayoría de los deportistas van variando el deporte que practican y buscan nuevos retos constantemente. 

Por otra parte, otra de las características que convierte a este tipo de deportes en adictivos, es que te reencuentra con la naturaleza y te ofrece puntos de vista sobre ella que no te habías planteado anteriormente y te hace vivir en ella de una manera diferente. 

Los deportes extremos te ayudan a plantearte nuevas experiencias y retos. Caer en la rutina es muy sencillo. Asombrarse al ver historias de superación y ver como los demás van sumando logros en su vida, mucho más. Practicar deportes extremos inicia una cadena interminable de ambiciones y objetivos. Te ayudan a aumentar tu autoestima. 

ESCUCHAMOS A LOS EXPERTOS HABLAR SOBRE DEPORTES EXTREMOS

Por que los deportes extremos son tan adictivos

Eric Brymer, profesor adjunto de Queensland University of Technology y su compañero el profesor Robert Schweitzer llevaron a cabo un estudio sobre la adicción que se genera en los deportistas hacia los deportes extremos como la escalada, el descenso de ríos, el paracaidismo o el puenting.

Para Brymer, “los deportes extremos se han convertido en un fenómeno mundial y somos testigos de un interés sin precedentes”. Además, añadió que la participación en deportes como el baloncesto o el golf había disminuido exponencialmente en relación con el aumento de la práctica de deportes considerados de riesgo. Las empresas organizadoras de eventos deportivos extremos se están convirtiendo en una “industria multimillonaria”.

Por su parte, Schweitzer afirmaba en el estudio que “Lejos de los supuestos tradicionales que se centran en el riesgo, la participación en los deportes extremos ayuda a tener experiencias psicológicas más positivas y expresa valores humanos como la humildad, armonía, creatividad, espiritualidad y un sentido vital de sí mismo que enriquece la vida cotidiana”.

La investigación concluye afirmando que las personas que practican este tipo de deportes no son para nada atletas irresponsables con un deseo de poner su vida en manos del azar. Son personas que están perfectamente entrenadas para practicar su deporte y quieren vivir experiencias que les absorban el cuerpo y la mente y les cambien la vida. 

ESCUCHANDO TESTIMONIOS

Por qué los deportes extremos son tan adictivos

Hemos hablado con escaladores de roca y deportistas que tienden a practicar paracaidismo y puenting y les hemos preguntado por sus sensaciones durante la práctica. Queremos saber si es cierto eso que afirman los estudiosos de la materia: ¿realmente se siente una felicidad tan plena? ¿Es real y tangible la conexión y la armonía con la naturaleza?

Acompañamos a Guillermo Muñoz, un escalador de roca experimentado a una de sus frecuentes sesiones de ascensión en el valle de Tena, en Aragón. Después de varias horas observando sus movimientos precisos, conscientes y meditados. Guillermo bajó con una mirada distinta a la que nos había dejado antes de comenzar a escalar, y comenzamos a preguntarle. Nos aseguró, todavía con la respiración entrecortada por el esfuerzo, que lo que el siente cuando escala es que el tiempo se detiene, se condensa, sólo está él y la roca ante sí. No le importa nada más, siente cómo la naturaleza y él se fusionan convirtiéndose en uno sólo. Puede apreciar los tonos de la roca la arenilla que desprende y cada recoveco, cada hendidura y cada espacio que la montaña le brinda para poder ascender un poco más alto. 

Unos días más tarde nos reunimos con Santiago Grimaldi, un deportista aficionado a los deportes outdoor y al puenting. Nos afirmó que, aun cayendo a gran velocidad, en vertical y boca abajo, era mucho más consciente del espacio en el que se encontraba, de la belleza de la naturaleza, de sus colores y de las formas en que se presenta.

TRAVIS PASTRANA: EL REY DE LOS DEPORTES EXTREMOS Y LA ADRENALINA. 

Por que los deportes extremos son tan adictivos

Si queremos referirnos a un símbolo de los deportes extremos, conocido internacionalmente, debemos referirnos a Travis Pastrana, un piloto de coches y motociclismo estadounidense adicto a la adrenalina y a todo tipo de deporte que implique riesgo. Ha llevado el deporte extremo a otro nivel saltando de aviones sin paracaídas, saltando de la azotea de un edificio a la de otro, separadas entre si por una distancia de 20 metros, y a una altura de 6, subido en una moto, cruzar un lago sobre un triciclo a motor, o hacer el doble back flip en los X Games, o saltar desde un avión, de nuevo sin paracaídas sobre las cortadas del Gran Cañón. 

Para muchos, Travis es un referente, para otros un loco. Lo que está claro es que no tiene percepción alguna del miedo y porta consigo una confianza en si mismo infinita. 

Sus aventuras le han acarreado unas 60 fracturas en huesos de todo el cuerpo; ha tenido la espina dorsal dislocada, ha perdido ligamentos de las rodillas y cuenta con cirugías en la tibia, el peroné, en la espalda en el codo…

No es necesario que te conviertas en el próximo Travis Pastrana ni que saltes hacia las profundidades del Gran Cañón, pero si que te animamos a probar el deporte extremo para que tu también puedas emocionarte al describir la sensación de después. ¡Escucharemos encantados tu historia!