El esquí como forma de motivación y superación personal
El esquí se considera uno de los deportes con más capacidad motivadora que una persona puede practicar. Lo duro y exigente que es engancha al deportista de sobremanera y, en cuanto se empiezan a notar los primeros progresos… ya no puedes parar. Y no son pocos estos casos en los que la superación en la faceta deportiva termina trascendiendo al plano personal, mejorando la calidad de vida con el esfuerzo de uno mismo. Hemos hablado con una serie de profesores de esquí con mucha experiencia en este tipo de procesos de motivación a alumnos. Nos han contado algunas cosas sobre la superación personal a través de la práctica de este deporte de nieve.
El esquí significa afrontar situaciones muy difíciles, a menudo, en cortos espacios de tiempo. Es un deporte que te coloca en el límite y genera muchas dudas a aquellos que llevan poco tiempo practicándolo. Y, dicho esto, lo que se persigue en muchas ocasiones es que la persona lo practique precisamente para eso: para aprender a solucionar situaciones comprometidas, a despejar dudas y confiar en uno mismo, a saber motivarse por sí solo, a exigirse orden y disciplina. Y ahí entramos a analizar el esquí como herramienta de motivación y superación personal.
La Autoeficacia
La autoeficacia es la percepción que la persona tiene de su propia capacidad para resolver tareas o problemas. Un profesor o monitor de esquí se apoya mucho en este concepto, a la hora de trabajar la motivación en sus alumnos, en el sentido de que les exige superar miedos, limitaciones, incomodidades. La idea es convencer al alumno de que puede alcanzar objetivos superiores a sus expectativas, mostrarle que es capaz de hacerlo e, indirectamente, desviar su atención de los atajos y placeres inmediatos que nos rodean por doquier a día de hoy. Nada como el esfuerzo de uno mismo para alcanzar un objetivo que creíamos inviable.
Un profesor de esquí se convierte en una figura generadora de desafíos para los alumnos; partiendo desde premisas básicas acompañará a sus pupilos en un viaje hacia los límites de estos. El monitor hará lo posible para que superen dichos límites (algo impensable para los alumnos en un principio) ya que, bien gestionado y sin causar situaciones muy estresantes o traumáticas, el viaje se compondrá de episodios de persuasión profesor-alumno, fases de aprendizaje de conceptos teóricos y prácticos, interpretación y análisis de lenguaje no verbal y logros en las ejecuciones de movimientos, desplazamientos, etc.
De hecho, han quedado demostrados ciertos axiomas:
- El logro aumenta la autoeficacia de una persona y, por tanto, mejora su rendimiento futuro
- La observación es una buena manera de mejorar la autoeficacia
- La persuasión verbal es de gran ayuda para aumentar la confianza en uno mismo
- El conocimiento e interpretación del lenguaje no verbal pueden ser de gran ayuda para incrementar la sensación o la capacidad de control
Y bajo estos axiomas, se debe trabajar la superación personal partiendo de estas premisas:
Prepararse bien. Es fundamental porque si el esquiador no empieza el proceso preparado y listo para afrontar esfuerzos físicos y mentales… puede toparse con la frustración. Hay que entrenar un poco antes.
Visualizar el éxito. Hay que verse e imaginarse a sí mismo cumpliendo los objetivos.
Confiar. Si no confías en ti mismo, en poder alcanzar tus propios límites y superarlos, será más complicado autosuperarse.
Confianza en tus movimientos. Los pensamientos y las emociones deben acompañar a movimientos seguros y fuertes. Si este binomio se separa puede convertirse en una dinámica de desconfianza en uno mismo, en movimientos dubitativos, etc. Hay que evitarlo.
Perseguir las buenas ejecuciones. Practicar el esquí con intensidad, con autoexigencia y hacerlo con confianza y persiguiendo la excelencia en tus ejecuciones… es la mejor manera de alcanzar la autosuperación.