– ¿Cómo surgió la idea?
La idea surgió del fundador/inventor de la empresa, Josema Odriozola, surfista de toda la vida e ingeniero industrial, que quiso buscar una alternativa pues las playas, especialmente donde vivimos, en San Sebastián, cada día están más llenas de surfistas. Fue probando diferentes tecnologías hasta que vio la posibilidad de dedicarse a ello plenamente.
– ¿Tenéis ya algún Wavegarden en funcionamiento”?
No tenemos ninguno en funcionamiento como tal, excepto el nuestro que no está abierto al público y que utilizamos para enseñar a clientes, medios de comunicación, surfistas profesionales y para I+D. Nuestro Wavegarden está en nuestras instalaciones, en la sede de nuestra empresa, cerca de Zarautz (Guipúzcoa).
Seguramente a principios de 2015 se abrirá el primer Wavegarden al público, en Gran Bretaña. Ahora mismo estamos volcados con nuestros clientes británicos en la construcción del mismo.
– ¿Tenéis muchos pedidos?
Dieciocho por todo el mundo que han pagado un depósito en vistas a poder confirmar sus pedidos en los próximos años.
– ¿Cuál es el perfil de vuestro cliente?
Inversores, gente con experiencia en atracciones pero que busca un producto diferente. Curiosamente en todos los proyectos siempre hay alguien que surfea.
– Su sede está en el País Vasco, ¿tenéis idea de expandiros?
Desde luego, somos empresa fabricante de instalaciones Wavegarden. No vamos a explotar instalaciones sino que las diseñamos y construimos (con tecnología propia y patentada) para que nuestros clientes las exploten.
– ¿Cuánto puede alcanzar de tamaño máximo una ola?
Actualmente 1’20metros pero los que se abrirán al público llegarán a los 1’9m.
– ¿Funciona con todo tipo de agua? ¿el agua salada daña la máquina?
Sí, agua dulce o agua salada. Ningún problema con el agua salada.
– ¿Cuánta profundidad necesita?
Depende pero el lugar más profundo es alrededor del 1’5metros.
– ¿Es tan fácil de ponerla en funcionamiento o apagarla como con un interruptor?
Correcto.
– ¿Es la misma idea que la ola del “jardín inglés” de Múnich?
La ola de Múnich es una ola que depende del caudal del río y por lo tanto que no está controlada por el hombre. Solo funciona cuando el río baja con un caudal alto. Es una ola natural al 100%. De hecho hay muchas más como esa e todo el mundo (incluso en España), pero no se encuentran en el centro de una ciudad tan grande, de ahí que la de Múnich sea tan conocida (el único ejemplo comparable serían las que rompen en el río Sant Laurent, en Montreal, también muy cerca del centro de la ciudad). Por otro lado es una ola estática, puesto que no avanza. Sería algo más similar a un flowrider. Nuestra ola avanza hacia la “orilla”, como las olas del mar, permitiendo realizar las mismas maniobras que una ola de playa (cosa que las olas estáticas no permiten).
– ¿Con qué surfistas ha trabajado Wavegarden?
Yo diría que menos con Kelly Slater y Joel Parkinson, todos: Mick Fanning, Gabriel Medina, Taj Burrow, JohnJohn Florence, Dane Reynolds, Travis Logie, Jordy Smith, Miguel Pupo, Filipe Toledo, Jadson André, Freddy Patachia, Bede Durbridge, Adam Melling, Matt Wilkinson, Owen Wright, Aritz Aranburu, Jeremy Flores, Sebastian Zietz, Tiago Pires, Craig Anderson, Pauline Ado, Stephanie Gilmore, Sally Fitzgibbons, Carissa Moore, etc., etc., etc.
La ola de Wavgarden no es una ola técnicamente difícil. Es decir que es para todos los públicos, como la mayoría de las olas del mundo, incluidas donde se celebran el 95% de los campeonatos de surf profesionales. A los pros les gusta porque en un espacio de tiempo muy corto pueden coger muchas olas y, como cada ola es idéntica a la anterior, pueden practicar maniobras o probar diferentes tablas. Varios pros nos han dicho que tras estar surfeando en Wavegarden unos días, el primer día que han vuelta a la playa se han dado cuenta que surfeaban mucho más rápido que de costumbre.