surf, skate y... surfskate
El Skate y el surf son dos deportes que van de la mano. No obstante, uno nace a partir del otro. El skateboarding tiene su origen en el desarrollo del surf.
La historia del nacimiento del skate comienza cuando un grupo de surfers, deciden, a mediados de los 50 colocar unos tablones sobre cuatro ruedas para poder hacer “surf” en la calle aquellos días en los que no había olas y el mar estaba en calma.
Al principio, como es evidente los modelos de skate eran grandes, tenían un peso bastante elevado y las ruedas estaban hechas de metal y arcilla. Como todo, a medida que los años iban pasando, los materiales iban evolucionando y se incorporaron ruedas de uretano y se idearon diseños mucho más dinámicos fueron aportando ligereza a los skates.
A medida que la práctica del skate comenzó a popularizarse, sobre todo en Estados Unidos, donde se empezaron a celebrar campeonatos nacionales, el deporte se comenzó a tratar como un deporte extremo y no tenía demasiada buena fama entre aquellos que no lo practicaban. El skate comenzó a adherirse a corrientes culturales, políticas, musicales… Y no para todos era bien recibido. Con el paso del tiempo, como ocurre con la mayoría de las tendencias que terminan asentándose y normalizándose, el skate se reenganchó al concepto de lo “cool” y lo “alternativo”, visto desde una buena perspectiva.
Hoy en día existen numerosas formas de emplear estas tablas tan sencillas en apariencia. Se puede practicar surf skate, Down Hill, Freeride… La trayectoria de la evolución del surf fue; primero en el agua, luego en la tierra y finalmente sobre el asfalto.
Aunque el skate es el gran influenciado por el surf, el surf también se ha inspirado en el skate en ocasiones. En la década de los 70 los skaters empezaron a saltar, a volar sobre el suelo, y los surfers, comenzaron entonces a probar aéreos sobre el agua. Estos pasos nacieron en tierra firme y surfistas como Christian Fletcher o Kelly Slater fueron los pioneros en culminar esta técnica.
El skate, además, se utiliza como entrenamiento para perfeccionar la técnica dentro del agua. Este aporta al surfista memoria muscular cuando está encima de la tabla, ayuda a mejorar el equilibrio y permite practicar las maniobras que se van a realizar en el agua infinitas veces sobre el suelo del skatepark.
Hoy en día hay una industria dedicada a diseñar skates que recreen los movimientos que se realizan en la práctica de surf. El más conocido es el modelo Carver, que nace en 1995 en California cuando dos surfers deciden crear una tabla que con el tiempo se denominaría “surf skate”.
El surfskate ha sido el deporte que ha aunado la práctica del surf y del skate por separado. La gran mayoría de los movimientos que se realizan en el surf skate son una calcomanía de los que se practican en el agua. Para poder realizarlos sobre tierra firme se activan los mismos músculos y sectores cerebrales que en el surf, por lo que cuando te dirijas al mar, se realizan los movimientos casi de forma involuntaria.
El surfskate ayuda a encadenar movimientos de forma fluida, lo cual es de vital importancia cuando se está practicando surf. El dinamismo en los movimientos es esencial en ambos deportes, pero mucho más complicado de conseguir sobre el agua, pues hay muchos más factores a los que prestar atención que sobre tierra firme. Por lo que, ¿qué mejor que practicar este Flow primero en un skatepark antes que llevarlo a la práctica real?
Quien practica mucho surfskate es como si practicase mucho surf. Cuando se hace surf no se pasa el tiempo suficiente sobre la tabla como para que el estilo mejore rápidamente, por lo que el surfskate es la mejor forma de incrementar la eficacia, y sobre todo de acelerarla.
Saber cuándo cambiar la dirección del cuerpo en busca de la posición perfecta en relación con la ola es algo muy complicado de hacer, es lo que todos los surfers buscan conseguir sin a penas inmutarse. El surfskate también ayuda en este aspecto y puede acelerar el proceso de aprendizaje. Aunque el agua sea un ente prácticamente incontrolable, saber cómo descender una pendiente o una rampa en función de su inclinación es, cuanto menos, beneficioso.
Aunque a simple vista el surf skate y el skate pueden parecerse, lo cierto es que tienen muchas cosas que los diferencian.
El skateboard cuenta con unas ruedas pequeñas y rígidas, mientras que las del surfskate suelen ser más grandes y blandas; por otra parte, el tamaño de las ruedas del skate suele estar entre los 50 y los 60 milímetros, y las del surfskate son algo más grandes.
Aunque la gran diferencia entre ambas tablas reside en los ejes de las ruedas de cada una. Los ejes del skate son simétricos, y esta simetría es la que les otorga dos puntos de pivote. Por su parte, un surfskate, como ocurre con las tablas de surf, solo tiene un punto de pivote.
Por otra parte, los ejes del surfskate no suelen ser simétricos, su eje delantero cuenta con una basculación amplia y horizontal, y un eje trasero similar al del skate. Lo que se pretende con esta estructura es que el surfskate permita mucho más el rango de movimientos. El skate es más rígido.
Y, ¿El surf y el surfskate se parecen?
Claro está que la sensación de surfear, sobre una tabla encima de las olas, en el mar, no es equiparable a la de hacer skate en el asfalto. No obstante, los movimientos, los gestos y la postura corporal que se emplea en el surfskate sí que es muy parecida a los que se hacen cuando se practica surf. De hecho, el surfskate tiene más en común con el surf que con el propio skate.
En The Indian Face contamos con gorras Born To Surf y Born To Skate, pero si lo tuyo es el surfskate, ¡no dudes en pillarte las dos e ir alternando! Lo importante es que, hagas lo que hagas, sientas que eres libre, así como nuestra gorra Born To Be Free, que re recuerda que estás vivo, y que nada puede pararte.