Para quienes buscáis combinar vuestras vacaciones de esquí con otras modalidades más arriesgadas, aquí os presentamos algunos deportes alternativos para practicar en la nieve.
Mushing
El mushing es un medio de transporte nórdico donde los perros tiran un trineo con esquís y consiguen trasladarse rápidamente por la nieve. Este deporte combina la lealtad y el compañerismo con los animales, y la velocidad y adrenalina en la nieve. Un tándem perfecto.
Motos de nieve
Las motos de nieve tienen la ventaja de que no necesitan carreteras o caminos para deslizarse, pues sobre cualquier superficie nevada o con hielo pueden funcionar. Las motos te permiten hacer multitud de maniobras, ir a gran velocidad y permiten una gran aceleración, por eso se necesita a personas preparadas físicamente para aguantar la fuerza de la moto. Una forma diferente de sentir la adrenalina mientras se disfruta de la nieve.
Esquí de travesía
Podríamos decir que se trata de una modalidad entre el esquí y el alpinismo. Para llevar a cabo este deporte los esquiadores deberán ascender la montaña con esquís y botas fijadoras. La travesía puede ser larga o corta, una excursión, un descenso de un pico o la ascensión de la ladera de la montaña.
Heliesquí
El heliesquí es una modalidad distinta al esquí tradicional que se diferencia de éste en que se practica en zonas de nieve virgen. Son los helicópteros los encargados de trasladar a los esquiadores a lo alto de las colinas. Para practicar heliesquí se necesitan unos esquís más pesados y anchos de lo normal. La mayoría de las veces lo tienes que practicar en compañía de un profesional que conoce la zona y te guía, ya que es un deporte extremo con bastante riesgo. Esta alternativa permite a los amantes de la nieve poder esquiar en zonas despobladas de gente con amplias laderas a su disposición.
Speedriding
Este deporte combina la velocidad, el vuelo y el esquí. Aunque pueda parecer imposible es un deporte entre el parapente y el esquí tradicional donde experimentas la sensación de volar. El speedrider puede vivir una experiencia extrema entre la nieve y el cielo moviéndose por pistas habitualmente inaccesibles. Es imprescindible para practicarlo tener un buen nivel de esquí y tener un equipo especializado para practicar este deporte, que incluye una campana más pequeña que la de parapente. Con esta práctica el deportista podrá descender sobre las pendientes a una velocidad de vértigo, hacer caving, volar y flotar suavemente. Una práctica bonita, pero muy arriesgada.
