Edurne Pasaban celebra el décimo aniversario de su conquista de los 14 ochomiles

 

Edurne Pasaban celebra el décimo aniversario de su conquista de los 14 ochomiles

Han pasado 10 años ya desde que escuchábamos en todos los noticieros cómo Edurne Pasaban se adjudicaba un triunfo histórico sin igual. En mayo del año 2010 la destacada alpinista española finalizaría con éxito su proyecto de conquistar las montañas más altas del planeta tierra, convirtiéndose así en la primera mujer en la historia en coronar los 14 ochomiles.

Tras alcanzar su hito histórico, una meta que Edurne se propuso formalmente en 2007 como “objetivo de vida”, se preguntó a sí misma: “¿Y ahora qué…?” Pero lo que parecía el final de un objetivo cumplido no fue sino el inicio de una nueva etapa para La Reina de los ochomiles, a quien no le faltaban las ganas de seguir comiéndose el mundo, llegar aún más alto, y de reinventarse como persona, como mujer y como madre.

Edurne Pasaban

La verdad es que Edurne en principio no contaba sus ochomiles, contaba aventuras, cimas y logros, por lo que no es sorpresa que entrara en esta carrera con mucha naturalidad, siguiendo su pasión por las alturas y las escapadas a la montaña.

Inició extraoficialmente la carrera por los 14 ochomiles en el año 2001 con la conquista del Everest, su primer ochomil, que alcanzó por la Vía del Collado Sur, junto a Silvio Mondinelli, Mario Merelli, Iván Vallejo y Dawa II Sherpa.

Nueve años después Edurne celebraría en grande su llegada a la cumbre del Shisha Pangma el 17 de mayo del año 2010. Éste se convertiría entonces en su cuadragésimo ochomil, acompañada de la misma ilusión que cargaba en su primera expedición, y también de la misma playera de la suerte que llevó puesta las 14 veces.

Edurne Pasaban

UNA HISTORIA DE SUPERACIÓN PERSONAL

Pero en este mundo tan extremo no todo es color de rosas. El nivel más crítico de esta etapa de Edurne llegó sin duda con su ascenso al K2. “Tuvimos suerte por subirla a la primera, pero bajamos con congelaciones. Me amputaron dos dedos después de eso", cuenta Pasaban en una entrevista para El Intermedio. Su regreso a casa luego de escalar la montaña más peligrosa de todas que si que marcó un antes y un después para Edurne: "Empecé a replantearme muchas cosas. Cuando me empecé a recuperar me planteé qué estaba haciendo con mi vida. A los 31 años, mis amigas se habían casado, empezaban a tener hijos. Yo me salía del patrón".

La alpinista asegura que entre 2005 y 2006 "no encontraba las respuestas a las preguntas de por qué hacía lo que hacía. Fue muy duro. Siempre digo que mi ochomil más duro fue salir de una depresión".

Pero si que sabemos cómo acaba esta gran historia que aún sigue contándose. Edurne “ve la luz” y regresa a la escalada gracias su afán de su superación y a la ayuda de sus amigos, quienes le recordaron que aquello era lo que le hacía realmente feliz.

Edurne Pasaban

CRONOLOGÍA DE LOS 14 OCHOMILES DE EDURNE PASABAN

  • Everest (8848 m), China/Nepal, 23 de mayo de 2001
  • Makalu (8465 m), China/Nepal, 16 de mayo de 2002
  • Cho Oyu (8201 m), China/Nepal, 5 de octubre de 2002
  • Lhotse (8516 m), China/Nepal, 26 de mayo de 2003
  • Gasherbrum II (8035 m), China/Pakistán, 19 de julio de 2003
  • Gasherbrum I (8068 m), China/Pakistán, 26 de julio de 2003
  • K2 (8611 m), China/Pakistán, 26 de julio de 2004
  • Nanga Parbat (8125 m), Pakistán, 20 de julio de 2005
  • Broad Peak (8047 m), China/Pakistán, 12 de julio de 2007
  • Dhaulagiri (8167 m), Nepal, 1 de mayo de 2008
  • Manaslu (8156 m), Nepal, 5 de octubre de 200820​
  • Kangchenjunga (8598 m), India/Nepal, 18 de mayo de 2009
  • Annapurna (8091 m), Nepal, 17 de abril de 2010
  • Shisha Pangma (8027 m), Tibet, 17 de mayo de 2010

MÁS QUE UNA CARRERA, UN ESTILO DE VIDA

El Himalaya recibió con brazos abiertos a una joven Edurne de 16 años en 1998, que prefería quedar a las 8.00h en la fuente de la Dama Verde en Tolosa, Guipúzcoa, (pueblo en el que nació) para ir a escalar con amigos en lugar de bailar en la cuadrilla de la zona como el resto de las chicas de su edad, porque sentía que allí que no encajaba.

Se había unido entonces al club de montaña Tolosa, que ese año preparó una expedición al Dhaulagiri I, una montaña para profesionales que, aunque no conquisto justo allí, se convertiría en el inicio de su carrera contra las fuerzas de la naturaleza. "Fue mi primera oportunidad de ir a un ochomil, éramos unos pipiolos sin experiencia. Elegimos esa montaña sin tener ni idea, porque conocíamos a gente que ya había ido", afirmó Edurne en una reciente entrevista con @hermanospou en su web show #SpeakPou, en la que nos enteramos un poco más en confianza de lo que pasa por la mente de Edurne Pasaban en 2020, 10 años después de su logro histórico.

Edurne Pasaban

Para Edurne fue todo un privilegio iniciar su carrera con los chicos del club de montaña Tolosa, a los que se refiere hoy en día como “lo mejor que teníamos del alpinismo en España” y luego también todo un honor unirse a Al filo de lo Imposible, acompañada de “los más cracks” con los que podía realmente contar. Y aunque sabía que llevaba una mochila cargada de la ansiedad de llegar a la cumbre, y también la presión de poder escalar junto a ellos, no había nada que le detuviera.

Abrirse un hueco en un mundo de hombre no es cosa fácil, pero Edurne brilló entre ellos sin que fuera demasiado extraño. Y aunque cuenta que quizás hubo algún comentario incómodo, esto no le detuvo, incluso la motivó aún más.

Hoy por hoy, Edurne le da mucho valor a lo que ha vivido, y lo que ha superado. Que si pudiera no cambiaría nada, porque le tocó vivir la época del alpinismo más retadora que hubo, y que hoy en día considera que ya no se consigue igual ese alpinismo puro, ese que se proponía retos como escalar los ochomiles con equipos de escalada bien formados.

Con el pasar de los años Edurne encontró lo que tanto buscaba, reinventarse como persona luego de su gran éxito. A través de cursos coaching, charlas de negocio y demás, se introdujo en el mundo empresarial en que se planteó un futuro luego de ese “Y ahora qué”.

Hoy en día, Edurne combina su reconocida y admirable carrera deportiva con su vinculación al mundo empresarial y papel como madre, ejerciendo como conferencista para entidades culturales, deportivas y educativas, así como para empresas de todo tipo, nacional e internacionalmente.

Edurne Pasaban

Pero Edurne no se detiene allí. Su experiencia con otras culturas y sociedades le ha guiado hacía la filantropía y lo social, donde para ella el contacto solidario es clave.

Inspirada en contribuir devuelta con los habitantes del Himalaya que tanto han brindado a los viajeros y montañeros, Edurne crea la fundación privada “Montañeros para el Himalaya Edurne Pasaban” que, sin fines de lucro ni connotaciones religiosas, agrupa a montañeros que se solidarizan con los niños y niñas de las montañas de Nepal, Tíbet, Bután, Pakistán e India en pro de una mejor educación, para garantizar el progreso social, cultural y económico de esta zona.

Y es que, en sus propias palabras, Edurne cuenta que de tener un súper poder “tendría el súper poder de hacer un mundo mejor”.

Sin duda, Edurne Pasaban es una mujer que ha sobrepasado las condiciones más retadoras, con subidas y bajones llevando su vida al extremo, y haciendo historia en nombre de la humanidad, en nombre de la mujer y en nombre de ella misma, con humildad, pasión, paciencia y superación.